martes, 21 de mayo de 2013

UNIDAD I

LA PROFESIÓN DOCENTE.

La labor de enseñar se encuentra estrechamente vinculada con la historia de la humanidad, en particular de occidente. Sin embargo, algunos elementos que permitan caracterizar como profesión esta actividad sólo se encuentran a partir de la conformación de los sistemas educativos como resultado de la estructuración de los Estados Nacionales.

La llamada profesión docente constituye, sin lugar a dudas, una de las actividades que ha invitado al estudio y reflexión en la historia del pensamiento occidental. No importa cuáles sean las denominaciones con las que se ha definido esta práctica: maestro, profesor, enseñante o docente, existe una amplia evidencia del interés por analizar esta práctica aún antes de que se conformara el sistema educativo del estado nacional. De esta manera, griegos, romanos, o bien los padres de la iglesia de San Agustín a Tomás de Aquino, dejaron diversos reflexiones sobre el maestro, las de estos dos últimos autores sosteniendo una cosmovisión de la docencia como apostolado, proyectando una identidad profesional cercana a una tipificación de “prototipos de hombres”, modelo ideal, que de alguna forma tiene cierta repercusión aún en nuestros días.

Tengamos presente que la actividad docente tal como la conocemos sólo se conformó en cuanto se fue estructurando el sistema educativo. Ciertamente los didactas de la reforma y contrarreforma, fundamentalmente a partir de Comenio establecerán una discusión sobre la función del docente, la cual se encuentra vinculada a una ética religiosa, como orientación global de esta práctica. A la vez, con ellos se inicia un modelo de actuar apoyado en técnicas de trabajo en el aula. Sólo la conformación de los sistemas educativos, como resultado de la integración de los estados nacionales creará condiciones para la conformación de la actividad docente que conocemos. Esto es un sujeto que recibe un contrato para realizar la tarea de enseñar, que recibe una preparación formal para ello. 


A mediados del siglo xix se aspiró a realizar un tránsito de la visión religiosa a una perspectiva profesional. La función docente que hoy conocemos sobre todo a nivel básico se ha convertido en una actividad fundamental para el Estado responsable del funcionamiento del sistema educativo y para un número considerable de sujetos, cerca de 25 millones en el planeta dedicados a la educación básica, de los cuáles 3.4 millones se desempeñan en América Latina, los que cuentan con un contrato laboral y obtienen una identidad profesional, esto es, en términos genéricos son profesores.




CONCEPTOS DE PROFESIÓN. 

Profesión, del latín professĭo, es la acción y efecto de profesar (ejercer un oficio, una ciencia o un arte). La profesión, por lo tanto, es el empleo o trabajo que alguien ejerce y por el que recibe una retribución económica.

Por lo general, las profesiones requieren de un conocimiento especializado y formal, que suele adquirirse tras una formación terciaria o universitaria. Los oficios, en cambio, suelen consistir en actividades informales o cuyo aprendizaje consiste en la práctica. En algunos casos, de todas formas, el límite entre profesión y oficio es difuso.


Aquel que ejerce una profesión se conoce como profesional. Esta persona ha cursado estudios y cuenta con algún certificado o diploma que avala su competencia para desempeñar el trabajo.


El Diccionario Manual de la Lengua Española (2007. Larousse Editorial, S.L.), define la profesión como el empleo, oficio o trabajo que una persona ejerce a cambio de una retribución económica, por ejemplo: ser abogado de profesión. La define también como el conjunto de profesionales de un ámbito determinado, por ejemplo: la profesión médica ha expresado su queja al ministerio. Una tercera definición según este diccionario es el ingreso voluntario de una persona en una orden religiosa.

Por otra parte, el Diccionario Enciclopédico (2009. Larousse Editorial, S.L.), la define como la acción y efecto de profesar. Empleo, facultad u oficio que cada uno tiene y ejerce públicamente.

En este sentido, puede definirse profesión como una actividad que sirve de medio de vida y que determina el ingreso profesional. De manera general, se define la profesión como ocupación sobre la base de un gran acervo de conocimiento abstracto, que permite a quien la desempeña libertad de acción y que tiene importantes resultados sociales.

Para la década de los treinta, Carr Saunders y Willson (1933) señalan que una ocupación alcanzaba el estatus de una profesión.

Millerson (1964), definió toda profesión debe cumplir con características que midan el grado de profesionalización de las diferentes ocupaciones, los profesionistas deben tener un sueldo elevado, un estatus social alto y autonomía en su trabajo (Burrage, 1990). 

Para que pueda existir una auténtica profesión, Johnson (1972) señaló que, es necesario que las personas que practican la ocupación formen un grupo homogéneo. Asimismo, Parkin (1979) sugiere que se siguen estrategias de exclusión para restringir el acceso a las profesiones (Burrage, 1990).

A partir del trabajo de Cleaves (1985), una nueva concepción de la profesión se da, por lo que sostiene que las profesiones requieren de un conocimiento especializado, una capacitación educativa de alto nivel, control sobre el contenido del trabajo, organización propia, autorregulación, altruismo, espíritu de servicio a la comunidad y elevadas normas éticas.


Por otra parte, algunos autores como Brunner y Flisfich (1989), consideran que las profesiones son imprescindibles, tanto porque poseen un saber técnico, como por los valores que representan (Pacheco, 1994).


CONCEPTOS DE PROFESIONALISMO Y PROFESIONALIZACIÓN.

Profesionalismo.

El término profesionalismo se utiliza para describir a todas aquellas prácticas, comportamientos y actitudes que se rigen por las normas preestablecidas del respeto, la mesura, la objetividad y la efectividad en la actividad que se desempeñe. El profesionalismo es la consecuencia directa de ser un profesional, un individuo que tiene una profesión particular y que la ejerce de acuerdo a las pautas socialmente establecidas para la misma. Las pautas de profesionalismo pueden llegar a ser muy variadas e ir desde aspectos físicos y de apariencia (tales como vestimenta) hasta actitudes morales y éticas (tales como el cumplimiento del deber en cualquier situación y realidad).

La noción de profesionalismo se relaciona, de más está decir, con la de profesión. La profesión es un tipo de oficio adquirido de manera legítima por una persona luego de realizar una carrera de estudio o trabajo que otorgue las capacidades, conocimientos y habilidades específicas para la actividad elegida. La actitud de profesionalismo, de actuar como un profesional significa que a la hora de ejercer esa tarea o actividad, la persona se desempeña de acuerdo a los parámetros específicamente establecidos para la misma como también de acuerdo a parámetros generales de conducta y moral.

El profesionalismo sin embargo puede existir en el caso de personas que no cuentan con una profesión legal y oficial pero que aún así demuestran importantes rasgos de respeto, compromiso, entrega y seriedad en aquello que hacen. El profesionalismo es sin dudas uno de los rasgos más buscados a la hora de establecer empleos, pero al mismo tiempo puede llegar a ser difícil de medir en términos cuantitativos. Evidentemente, hay algunos elementos que pueden ser claramente señalados como falta de profesionalismo, tales como la impuntualidad, el lenguaje agresivo y formas de comunicación o de manejo inapropiadas, la falta de compromiso con la actividad, la apariencia no apropiada, el establecimiento de vínculos afectivos con colegas o clientes cuando esto no está permitido, etc.


Profesionalización.

La profesionalización, entendida como la pertinencia de cualquier acto educativo en el logro de su fin, es una categoría que opera a nivel social, en el ámbito de los niveles de educación, ya sea escolarizada o informal, en el mundo de la escuela, en la comunidad y en el mundo laboral.

La profesionalización desde el prisma de la pedagogía está condicionada por variables de diferente naturaleza, y muy especial, por el lugar que ocupe la educación en determinada sociedad, el rol de la escuela y sus relaciones con las demás agencias educativas.

El Diccionario de la lengua española (2005. Espasa-Calpe), define la profesionalización como la conversión de un aficionado o una actividad en profesional.

Es por tanto dar carácter de profesión a una actividad.


Diferencia entre  Profesionalismo y Profesionalización.


Hablar de profesionalización, involucra hacerlo desde el estudio que la sociología ha hecho de las características de las profesiones, como estructuras en el orden social. En la docencia, el camino de la profesionalización  es el de adquirir las características de las profesiones de alto estatus, entre las que se cuentan la titulación, la acreditación y la existencia de asociaciones profesionales. Mientras que el profesionalismo es una actitud ante el trabajo. Comportarse con profesionalismo es importante. Llegar a tiempo, ser entusiasta y entregado, cumplir compromisos. Que actúe con profesionalismo es lo mínimo que se espera de un docente escolar profesional, o de cualquier profesional. Tan importante como es, sin embargo, no basta para profesionalizar la docencia.



CARACTERÍSTICAS DE LA PROFESIÓN DOCENTE.

De manera general se puede decir que las principales características del rol docente están concebidas en los siguientes aspectos:

  • Ser el nexo entre la sociedad actual y el educando.
  • Ser mediador entre niño y el conocimiento.
  • A través de su papel en la escuela, el rol del maestro es el de agente de consolidación de un estilo de vida democrático. 
  • Esta tarea ha de concentrarse en las relaciones pedagógicas y en las relaciones educativas con los niños.
  • A partir de las relaciones educativas con los niños, es rol del educador, dirigir al alumno estableciendo estrategias que faciliten la construcción de su propio conocimiento.


Por lo tanto, en base a las características del rol docente el maestro debe realizar los siguientes aspectos:

  • Debe establecer un ambiente que propicie el desarrollo socio-afectivo del niño.
  • Evaluar el currículo en función de los requerimientos socio-afectivos y socio-cognitivos de  los alumnos, así como el valor transferencial de los contenidos y de la metodología que propone.
  • Realizar el planeamiento de su tarea en función de esta evaluación.
  • Seleccionar las estrategias metodológicas que mejor se adopten a las construcciones cognoscitivas.
  • Conducir la enseñanza.
  • Evaluar el proceso educativo en su totalidad integrando la auto-evaluación de su propia tarea.
  • Estimular la auto-educación del alumno en la medida de sus capacidades.
  • Realizar el seguimiento individual a los niños.
  • Crear las condiciones para la comunicación y participación de los padres en la tarea educativa.



EL DOCENTE COMO FACILITADOR Y MEDIADOR.

El papel del educador en la Educación Preescolar o Inicial consiste en lograr que el niño y la niña aprendan y logren su desarrollo integral. Por ello, facilita la realización de actividades y medidas experiencias significativas, vinculadas con las necesidades, intereses y potencialidades de los mismos.

Un concepto fundamental que debe manejar el maestro en su rol de mediador y facilitador es el de la zona de desarrollo próximo. Se refiere a: "la distancia entre el nivel real de desarrollo determinado por la capacidad de resolver problemas de forma independiente y el nivel de desarrollo potencial determinado por la resolución de problemas con la colaboración de un compañero más capaz o con la guía de un adulto" (Vigotski, 1.967). Se relaciona con el papel de mediación que realiza el maestro para llevar al niño y la niña a su nivel de desarrollo potencial, cuando no es capaz de llegar por sí mismo.

La característica más importante de un maestro que trabaja con un currículo cognitivo es su rol de facilitador y mediador. Esto quiere decir que el maestro:

  • Sirve como una especie de catalizador produciendo una relación cognitiva importante entre los niños y sus experiencias.
  • Ayuda a los niños a entender el significado generalizado de sus experiencias, de nuevos aprendizajes y relaciones.


La finalidad de la mediación con el niño es:

  • Extraer de cada experiencia que los niños tengan el aprendizaje máximo de principios generalizadores.
  • Aplicar estrategias sobre cómo percibir el mundo.
  • Profundizar en el pensamiento sistemático, claro y efectivo de aprender y resolver problemas.



El maestro como facilitador cumple con las siguientes funciones de manera efectiva para el aprendizaje:

  • El profesor, preferentemente, estructura el material, el medio o la situación de enseñanza, de modo que la interacción entre el estudiante y este ambiente organizado defina el camino a seguir o el objetivo a alcanzar.
  • Organiza un ambiente rico en estímulos donde se "dan" las estructuras que quiere enseñar.
  • Propone metas claras, apoya al estudiante en su elección. Desarrolla criterios para determinar si se llegó o no a la meta deseada. Luego de aceptadas, apoya el proceso de aprendizaje.
  • En la función de apoyo mantiene una posición permisiva y atenta.
  • Responde siempre a los aspectos positivos de la conducta del estudiante y construye a partir de ellos.
  • Interviene sólo si se lo solicitan o si es muy necesario. En ambos casos con acciones más que con palabras.
  • Acepta el error como un elemento natural e inherente al proceso de investigación.
  • No se muestra ansioso por llegar a resultados. El aprendizaje es un proceso, a veces lento.
  • Su actitud y actividad muestra a un adulto interesado en lo que sucede. Curioso frente a los resultados, su actitud muestra que sabe que también él está aprendiendo.
  • Selecciona actividades que le interesan, demuestra saber que enseñamos lo que sentimos, hacemos o somos rara vez lo que decimos.
  • Recurre tanto como puede a preguntar. Cada vez que lo hace espera la respuesta. Evita el uso de preguntas vacías, aquellas que no requieren o no aceptan respuestas).
  • Si pregunta, da tiempo, propone medios, reformula, acepta y construye sobre las respuestas o las respuestas parciales.
  • Al formular una pregunta no señala a un alumno en particular. (Con esto sólo se logra aumentar la ansiedad del alumno señalado, disminuye su actividad mental, por lo menos la actividad coherente) y crea una actitud de espera en el grupo muy distinta de la actitud de búsqueda que se pretende).
  • Si participa en un trabajo grupal, adopta el tono y la actitud de quien construye con el grupo, no imponga su criterio, sugiere y deja actuar.
  • Si sus argumentos no son aceptados, actúa como reconociendo que no son convincentes para el grupo. No recurre a su autoridad, deja actuar, escucha. Si procede, busca otro ángulo o las fallas de su argumentación.
  • Usa un lenguaje matemático tan preciso como su auditorio puede aceptar y no exige lo mismo de los estudiantes. Prefiere que ellos usen sus propias palabras.
  • Apoya a los estudiantes individuales a relacionar el conocimiento nuevo con el ya adquirido.
  • Estimula la expresión personal de lo aprendido.


EL DOCENTE COMO MODELO.

La creación de un clima social un clima social y emocional para el aprendizaje activo, es un aspecto central en el currículo del preescolar ya que:

  • Influye en los efectos sobre el aprendizaje.
  • Brinda la creación de los bloques esenciales para la salud emocional y social de los niños, tales como:
    • Confianza en los otros.
    • Iniciativa.
    • Autonomía.
    • Empatía.
    • Auto-confianza.

El adulto genera oportunidades para que los niños elijan, piensen y resuelvan problemas por sí mismos, y para que interactúen entre ellos. Esto garantiza que los niños aprendan y se desarrollen.

Las principales acciones que propicia la interacción son:

  • Crear un clima intelectual estimulante.
  • Mantener una actitud constante de observación.
  • Respetar las opiniones de los niños.
  • Elogiar cuando sea necesario.
  • Aceptar la expresión de sentimientos.
  • Revisar constantemente los procesos de aprendizaje.
  • Facilitar estrategias significativas a los niños tomando en cuenta sus necesidades e intereses.


La interacción docente-alumno se manifiesta en la reflexión de la acción recíproca, pues el alumno reflexiona acerca de lo que oye decir o ve hacer al docente, y reflexiona también sobre su propia ejecución. A su vez el docente se pregunta lo que el estudiante revela en cuanto a conocimientos o dificultades en el aprendizaje, y piensa en las respuestas más apropiadas para ayudarle mejor. Así, el alumno intenta construir y verificar los significados de lo que ve y oye, ejecuta las prescripciones del docente a través de la imitación reflexiva, derivada del modelado del maestro. El alumno introduce en su ejecución los principios fundamentales que el docente ha demostrado para determinado conocimiento, y en múltiples ocasiones realizará actividades que le permiten verificar lo que el docente trata de comunicarle.

De este modo la calidad del aprendizaje depende en gran medida de la habilidad del docente para adaptar su demostración y su descripción a las necesidades cambiantes del alumno. Para lograrlo se requiere motivar de forma conveniente al alumno y ofrecerle experiencias educativas pertinentes, estableciéndose una relación de enseñanza-recíproca dinámica y autorreguladora.


EL ROL DEL DOCENTE EN EL MOMENTO DE LA PLANIFICACIÓN.

Por medio de las siguientes estrategias empleadas por los docentes en un momento de la jornada diaria (momento de la planificación del niños), se puede apreciar el rol del docente como mediador, facilitador y modelo. El docente cumple con su rol de manera completa en cualquier momento del día, por ejemplo se cita el momento de la planificación en donde el docente debe:

  • Estimula al niño para que escoja lo que desea hacer.
  • Estimula a los niños que hablan poco, para que expresen lo que desean hacer.
  • Plantea varias opciones para aquellos niños que no saben que hacer, para que puedan escoger.
  • Permite al niño en sus etapas iniciales del proceso, que exploren con las personas y los materiales para que conozcan su ambiente, las actividades, las áreas y las personas que lo conforman.
  • Utiliza una cartelera de selección.
  • Crea un ambiente de cálido que ayude a los niños a sentirse cómodos, a confiar en su propio poder y darse cuenta que pueden hacer escogencias.
  • Acompañan al niño hasta las áreas, cuando requieran este tipo de ayuda.
  • Ayudan a los niños a pensar en el mayor número de detalles dentro de la actividad escogida.
  • Acepta las diferentes maneras que tienen los niños para planificar lo que van a realizar.


VISIÓN DOCENTE.

La visión que se tiene sobre la profesión docente obedece a una cantidad de factores que involucran la labor docente como una labor compleja, un tanto ingrata. Desde una visión basada en la operacionalidad del profesor, esta obedece a entregar aprendizajes a los estudiantes y en lo posible realizarlo dejando un legado de calidad .Así las competencias de todo docente se someten a los conocimientos transversales a cualquier subsector de aprendizaje que permiten encausar sus prácticas de aula y darles sentido relacionando el contexto escolar de forma íntegra. Lógica Una vez delimitados los Objetivos del Profesional y la Lógica Esencial de la Profesión, se requiere a partir de ellos, establecer, el Modelo del Profesional, pasando por el análisis de las relaciones dialécticas que se establecen entre ambos componentes. En este caso, la relación se da entre objetivo y contenido dado que en la lógica de la formación del profesional están los contenidos y de otra parte están los objetivos del graduado. Lo que antes era una relación entre objeto y método cuando hablábamos del objeto de trabajo del profesional, al llevarlo al plano didáctico se transforma en la relación objetivo - contenido, propia del diseño curricular.


MISIÓN DOCENTE.

Así como la educación es tan compleja, la misión del docente también lo es, ya que el maestro es una pieza clave del proceso de enseñanza aprendizaje. Un educador en un proceso sistemático es necesario, un formador del desarrollo integral del sujeto, un instructor que funge como un facilitador del conocimiento es lo que en verdad nos une a nuestros alumnos. Como está estipulado en el artículo tercero constitucional“... la educación que imparta el Estado buscará el desarrollo integral del ser humano...” Está es la misión gubernamental, mía también por mi formación docente que  se da en una escuela Normal.

La misión  del docente no solo es enseñar en el campo cognitivo, sino también en el campo afectivo  y psicomotor,  muy pocos maestros actualmente abarcan estos tres grandes campos, A través de los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales  debemos informar y forma a nuestros alumnos. Pocos son los profesores  que nos enseñan a querer y respetar nuestro cuerpo, ha cuidar nuestra autoestima, nuestra sensibilidad, pocos son en verdad los que nos hablan de una meta-cognición necesaria para poder obtener conocimientos nuevos  y hacer una reelaboración  y aplicación de los viejos.

Como dice Michel Foucault  es  brindarles a nuestros alumnos “la caja de herramientas  para la vida”, porque si bien el ser humano  no es perfecto, si puede ser perfectible, a través de la interacción entre el sujeto y el objeto creando una retroalimentación. En  mi caso particular como instructor de una lengua extranjera, que mis alumnos ocupen el Inglés como una segunda lengua por la cual ellos se comuniquen en su vida laboral o personal.

Si bien el Dr. Apple  dice que todos somos educadores, yo agregaría   que no todos podemos enseñar de todo   y que la gran mayoría no tiene la mayor idea de cómo se enseña. Así el buen docente es el que quiere, puede y sabe cómo enseñar, tres aspectos básicos que todo aquel que se le llame maestro debe tener.

Lo anterior no quiere decir que hay maestros buenos o malos, sino que todos pasamos por un proceso de aprendizaje (quizá por eso se le llama al maestro el eterno alumno)  y como en todo proceso solo nosotros decidimos que tan rápido pasamos por esté.

Por otra parte, la responsabilidad social y moral que recae en los hombros del maestro es titánica, desde la creación  de  las escuela Normales después de la  época Napoleónica en Francia, cuando la sociedad y la educación iban en decadencia, los francés creyeron la necesidad de que un profesionista dictará las normas sociales que deberían seguir (de ahí el nombre de Normal). Así el maestro se convierte en un modelo a seguir  un ejemplo para la sociedad, una responsabilidad que ninguna  otra profesión demanda.




MITOS DOCENTES.

1. El profesor/a nace, no se hace.
2. Para ser profesor/a basta tener conocimientos.
3. Para ser profesor/a basta tener voluntad.
4. La enseñanza causa aprendizaje.
5. Hay formas inequívocas de saber si el aprendizaje se ha producido.
6. Hay formas inequívocas de saber por qué no se ha producido el aprendizaje.
7. Sólo aprenden los alumnos/as.
8. Los alumnos/as sólo aprenden conocimientos.
9. Los alumnos/as sólo aprenden de los profesores/as.
10. Los alumnos/as sólo aprenden lo que se les pretende enseñar.


LENGUAJE DEL DOCENTE.

La correcta dicción es una de las condiciones esenciales del buen maestro. Pero la buena dicción no basta; es necesario que el maestro sepa utilizar su voz como el instrumento que es, aprovechándola al máximo. Desde el punto de vista didáctico, interesan especialmente la claridad, la modulación, el timbre, la intensidad y el tono. De la armonización de estas cualidades depende que la voz se constituya en un factor de atracción o de rechazo por el alumno.

Condiciones esenciales en el lenguaje del docente.

Corrección. El lenguaje del maestro debe ser correcto, esto es, exacto en su pronunciación; exacto en la enunciación de los tiempos verbales, apropiado en el uso de los vocablos, y sintácticamente claro y coherente.

Fluidez. El maestro debe manejarse con soltura mediante un léxico rico, accesible y diversificado. Debe expresarse con facilidad, de suerte que las ideas se vayan clarificando paso a paso, a medida que avanza en sus explicaciones.

Sencillez. Los términos deben ser accesibles al entendimiento del alumno. La comprensión es la clave de la sencillez, si bien lo sencillo no debe ser necesariamente vulgar y trivial.

Precisión. Cada palabra, cada concepto, cada frase u oración, deben expresar cabalmente lo que se quiere decir, sin más palabras que las imprescindibles.

Concisión. De la precisión deriva la concisión. El lenguaje debe ser medido, limitado en cantidad, aunque rico y fecundo en calidad. La brevedad adquiere, en materia didáctica, el significado valor de la economía en tiempo de enseñanza y de ganancia en tiempo de aprendizaje.

Elocuencia. El lenguaje del maestro debe deleitar y persuadir, convencer y conmover al auditorio escolar. Tanto las palabras, como los gestos o ademanes deben dar a entender con viveza lo que se quiere transmitir al alumno.

Calidez o tono afectivo. La palabra fría, deshumanizada, es incapaz de abrir las puertas del entendimiento. El lenguaje, en cuanto símbolo de comunicación, debe teñirse con cordialidad, de simpatía, de calor humano o, si se quiere, de la dosis de emoción que, oportunamente puesta en juego por el maestro, puede llegar a generar sentimientos altruistas en los educandos.

La acción comunicativa representa un papel de suma importancia para todo docente, cabe destacar que, aunque el docente cumple muchas otras funciones dentro de alguna institución educativa, no debe obviar que es esencialmente un ser humano que participa directamente en el desarrollo humano de las nuevas generaciones, su misión es importante porque gracias a su función es posible la evolución de la especie humana.

La educación tiene como meta la transmisión de conocimientos de una generación a otra (Carlson J. y Thorpe, C.:1990), es una verdad consabida; más, no obstante, el proceso de transmisión y actualización de conocimientos no es suficiente, ya que se necesita, además, capacidad de prever las futuras circunstancias de comunicación de los seres humanos entre sí y su entorno; es decir, el adecuado diálogo de los seres humanos entre sí y su entorno. Se considera que hacer necesario lo anterior, al mismo tiempo que evoluciona nuestro mundo es necesario considerar (producto de evaluaciones y debidas reflexiones) los métodos y formas de comunicación que garanticen un adecuado desarrollo del proceso educativo en las instituciones de educación con el medio ambiente. Medio ambiente que no puede soslayarse en cualquier modalidad de evaluación, en razón de que toda proceso educativo es un proceso de interacción social que sucede en determinado medio ambiente (Galton, M. y Moon, B.:1986).


SÍMBOLOS DEL DOCENTE.

El signo de la docencia es el maestro; también lo es el libro y el gis (tiza); pero el símbolo de la educación es la escuela; el signo es un mediador físico y perceptible que nos ayuda a configurar o a identificar un concepto; así por ejemplo, el signo de la educación preescolar es la joven educadora con su bata azul o roja y el niño pequeño, bien peinado y sonriente; pero el símbolo es un jardín de flores que serán cultivadas en las aulas del jardín de niños.

En la docencia hacemos uso de signos y de símbolos cuando pretendemos comunicarnos con los alumnos; solo que no se establece el proceso de comunicación si no se da previamente el de identificación y decodificación de los signos propuestos por el docente. De tal manera que la interrelación sígnica no se realiza y por consiguiente tampoco se da la comunicación; pues no hay el libre flujo (interrelación) de datos comunes. Es decir que para que haya comunicación entre dos o más sujetos se hace necesario que cada uno de ellos procese en su estructura mental un análisis intrasígnico que ayude a depurar la construcción de las ideas; pues sin ello no es posible establecer una verdadera interlocución; que es la parte activa de la comunicación; siendo ésta, en sí misma, la parte potencial e intrínsecamente dependiente de la interlocución.





domingo, 19 de mayo de 2013

UNIDAD II

LA CULTURA PROFESIONAL DEL DOCENTE.


DIFERENTES CONCEPTOS DE CULTURA.

El concepto de cultura es una categoría fundamental de los estudios sociales. Sin embargo, no ha existido ni existe una única definición, sino un gran número de definiciones diferentes, más amplias o más restringidas, según la orientación teórica de cada uno de los autores. A continuación les presentamos algunas definiciones correspondientes a autores de épocas y orientaciones diferentes.

La cultura es el conjunto de símbolos (como valores, normas, actitudes, creencias, idiomas, costumbres, ritos, hábitos, capacidades, educación, moral, arte, etc.) y objetos (como vestimenta, vivienda, productos, obras de arte, herramientas, etc.) que son aprendidos, compartidos y transmitidos de una generación a otra por los miembros de una sociedad, por tanto, es un factor que determina, regula y moldea la conducta humana.



El término cultura, que proviene del latín cultus, hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre. Su definición ha ido mutando a lo largo de la historia: desde la época del Iluminismo, la cultura ha sido asociada a la civilización y al progreso.

La cultura de una sociedad consiste en todo aquello que conoce o cree con el fin de operar de una manera aceptable sobre sus miembros. La cultura no es un fenómeno material: no consiste en cosas, gente, conductas o emociones. Es más bien una organización de todo eso. Es la forma de las cosas que la gente tiene en su mente, sus modelos de percibirlas, de relacionarlas o de interpretarlas.” W.H. Goodenough (1957).

“La cultura alude al cuerpo de tradiciones socialmente adquiridas que aparecen de forma rudimentaria entre los mamíferos, especialmente entre los primates. Cuando los antropólogos hablan de una cultura humana normalmente se refieren al estilo de vida total, socialmente adquirido, de un grupo de personas, que incluye los modos pautados y recurrentes de pensar, sentir y actuar.” M. Harris (1981).

Cultura se refiere a los valores que comparten los miembros de un grupo dado, a las normas que pactan y a los bienes materiales que producen. Los valores son ideales abstractos, mientras que las normas son principios definidos o reglas que las personas deben cumplir. Anthony Giddens.



Otra definición establece que la cultura es el conjunto de informaciones y habilidades que posee un individuo. Para la UNESCO, la cultura permite al ser humano la capacidad de reflexión sobre sí mismo: a través de ella, el hombre discierne valores y busca nuevas significaciones.

En general, la cultura es una especie de tejido social que abarca las distintas formas y expresiones de una sociedad determinada. Por lo tanto, las costumbres, las prácticas, las maneras de ser, los rituales, los tipos de vestimenta y las normas de comportamiento son aspectos incluidos en la cultura. 


LA DIVERSIDAD CULTURAL.
La palabra diversidad es un término que permite referir la diferencia, la variedad, la desemejanza y la abundancia de cosas distintas. Y cultural es un término que nos permite referir a todo aquello que es propio o relativo a la cultura.

Entonces, el concepto diversidad cultural da cuenta de la convivencia e interacción que existe efectiva y satisfactoriamente entre distintas culturas. La existencia de diferentes culturas está considerada como un patrimonio importantísimo de la humanidad, ya que tal cuestión, sin dudas, contribuye a fomentar y expandir el conocimiento y también valores como el respeto y la tolerancia, porque el hecho de respetar y tolerar al otro que vive al lado nuestro aunque no manifieste las mismas creencias y bagaje cultural, resultará siempre un paso adelante en cuanto personas.

La diversidad cultural refleja la multiplicidad e interacción de las culturas que coexisten en el mundo y que, por ende, forman parte del patrimonio común de la humanidad.

La diversidad cultural se manifiesta por la diversidad del lenguaje, de las creencias religiosas, de las prácticas del manejo de la tierra, en el arte, en la música, en la estructura social, en la selección de los cultivos, en la dieta y en todo número concebible de otros atributos de la sociedad humana.

Cada pueblo presenta características propias como idioma, religión, cultura, alimentación, vestido, actividades cotidianas y costumbres.

El tipo de vestido y alimentación, así como los cultivos, el ganado que se cría, la variedad de platillos y vestidos típicos están determinados por la región geográfica.

Las costumbres, la forma de expresar su música y sus bailes, la forma de construir sus casas, también constituyen los rasgos de una amplia diversidad cultural y social.

La religión, el lenguaje y las tradiciones culturales son los rasgos más sobresalientes de la diversidad cultural.

Todo ese conjunto de rasgos distintivos que caracteriza a una sociedad o grupo social representa modos de vida diversos y son la fuente de la riqueza cultural mundial.





 "Todas las culturas, de un modo u otro, reflejan necesidades humanas comunes."

 "El día en que aprendamos a integrarnos, viviremos en una verdadera sociedad."

 "Vivir en cualquier parte del mundo hoy y estar contra la igualdad por motivo de raza o de color es como vivir en Alaska y estar contra la nieve."



LA FUNCIÓN DOCENTE EN LAS ETAPAS HISTÓRICAS EN LAS DIFERENTES CULTURAS Y SECTORES SOCIALES. 



La función del docente ha tenido un largo transcurso, su comienzo fue con las primeras sociedades primitivas. La pedagogía por otra parte, se originó también en épocas antiguas, creando grandes antecedentes, pero sólo fue reconocida como un movimiento histórico en el siglo XIX. Se destaca las características de la función docente en Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma y la Edad Media.

Mesopotamia.
Existían dos lenguas diferentes: el acadio y el sumerio. Y las tablillas de barro era el único material del que se disponía para aprender. La función de enseñar la desempeñaban los sacerdotes menores. También entre ellos se encontraban los escribas y los maestros. La formación estaba relacionada con la religión y comportaba dos etapas sucesivas: la primera, de instrucción elemental y la segunda, de perfeccionamiento de la formación del escriba.

Egipto.
La escritura egipcia era pictográfica y con el paso del tiempo se convirtió en ideografías. Para la escritura, los materiales universales en Egipto fueron el papiro, la piedra caliza y ostraka. Y para pintar, colores como azul, negro, verde, gris, etc. pero mayoritariamente el negro y el rojo. En Egipto existieron 2 corrientes literarias: la conocida como sapiencial y otra basada en mitos, fábulas, leyendas, ritos, etc. La literatura sapiencial se trataba de unos textos educativos fundamentalmente empleados para la formación del escriba (aprendiz). Dos eran los personajes que se encargaban de llevar a cabo las cuestiones de la vida diaria egipcia y del templo: los escribas y los sacerdotes. Además, era el templo el encargado de la formación del sacerdocio y de los escribas. Lo más importante en la sociedad egipcia era todo lo relacionado con la obediencia y el silencio. La escuela era de un tipo elemental y los escribas aprendían la profesión de sus padres o parientes, pues sólo se les exigía una formación básica.

La profesión de escriba diferenciaba a su vez a las personas de letrados de los iletrados (los iletrados se encargaban de las tareas del campo). El escriba era formado en la llamada Escuela de los libros, en la que debían de pasar gran cantidad de tiempo en el estudio de la caligrafía.

Grecia.
Los antiguos griegos no tenían historia escrita, solo oral. En Esparta se prestaba poca atención al desarrollo de actividades tales como el saber leer y escribir; toda la preocupación se centraba en las actividades físicas, la intrepidez y las proezas militares. Ya en el siglo VII, la capacidad de leer y escribir se habían convertido en una necesidad; escribir y contar seguían siendo unas técnicas subordinadas al comercio. La literatura griega se conservaba en rollos de papiro. Para ello era indispensable saber leer y escribir. La preocupación por la educación se cifraba únicamente en los niños del sexo masculino. No había escuela ni para las mujeres ni para los esclavos. Los atenienses se convirtieron en el primer pueblo que se enfrentó con el procese de la educación, al que dio nombre de paraideia. Los maestros eran los sofistas, que significa hombre sabio y enseñaban disciplinas muy diversas utilizando el arte de la retórica y la oratoria, buscando mediante la palabra el fin de persuadir y no tenían en cuenta la verdad Además, en Atenas se crean nuevas escuelas de enseñanza entre las que destacan el estoicismo y el epicureísmo.

Roma.
La vida de los niños en sus primeros años se centraba en la formación de valores relativos al trabajo, a la familia y a la patria. La familia como fuerza educadora de Roma se halla sometida a la autoridad del paterfamilias. Al lado del padre, en un lugar de honor, está la materfamilias, que tiene asimismo un cometido importante en la educación de los hijos y en cuya compañía se mantienen hasta los siete años. No todos los niños romanos estudiaban, pues Roma no tenía escuela pública. La mayoría de las escuelas tenían solo un aula donde asistían aproximadamente doce alumnos. La escuela primaria se llamaba “ludus” y en ella, a los 6 años, los niños aprendían a leer, escribir y sumar. Al cumplir los 11 años, los varones pasaban a un “grammaticus” (secundaria), en donde aprendían historia, geografía y griego, mientras las niñas se quedaban en casa.

El papel de los romanos estaba fabricado con un tipo de caña, pero también escribían en pieles de animales. Los estudiantes escribían en lápidas de cera con un palo puntiagudo llamado aguja. Para empezar de nuevo frotaban la cera hasta tenerla lisa.

Edad Media.
En esta época la Iglesia tomó la responsabilidad de la enseñanza. En el desarrollo de la educación superior los musulmanes y los judíos desempeñaron un papel crucial, pues intervinieron como intermediarios entre la antigua Grecia y los estudiosos europeos.

Los sistemas de educación más antiguos conocidos tenían dos características comunes, enseñaban religión y mantenían las tradiciones de los pueblos.



LA CULTURA Y SU INCIDENCIA EN EL PENSAMIENTO Y QUEHACER DOCENTE. 


Todas las personas hacen cultura, bajo nuestra concepción de que Cultura es el sentir, pensar y actuar de un pueblo en un espacio y en un tiempo determinado. En consecuencia toda persona cuando vive, transmite cultura, ya sea un carpintero, un político, una madre con sus hijos. Lo mismo sucede en la docencia. Si entendemos que hacer docencia es acompañar la vida mientras va creciendo, la educación es la posibilidad de ayudar a que esa vida crezca en un horizonte cultural determinado. Conclusión: la educación es la transmisión de una determinada cultura. Dentro de este encuadre, el docente proviene de una determinada cultura. Y cuando hace educación lo está haciendo siempre, desde un horizonte cultural. Frente a la globalización actual, caben tres actitudes diferentes en el docente. La primera es la de los que entienden que hay una cultura, en una sola aldea global. El docente es entonces un transmisor de la cultura hegemónica y dominante. Su tarea básicamente consiste en invadir con una propuesta cultural a los alumnos, "adecentándolos" para lograr la funcionalización de los mismos a los mecanismos de la mencionada aldea global. Por ende el producto de la educación, es haber logrado la elevación cultural de la población. Es decir producir un solo tipo de ciudadano, de consumidor, de hombre decente. Decente en el sentido de afianzado, por educación adaptativa, a un solo esquema organizativo de la sociedad (cultura). De este modo, mandatos socialmente generalizados (cultura) son reproducidos en los hombres tipos, logrado mediante educación eficaz y eficiente: hay que amarse así, hay que vestirse así, hay que gastar así, hay que formar a los hijos así, hay que rendir así. No se trata de así o azá. Es así: un sólo mandato que brota de una sola cultura, trasmitida mediante una sola educación. El mandato es: desde una sola cultura universal, adecentar al pueblo, "educar al soberano". La segunda actitud es la correspondiente a los que visualizan la naturaleza colonizante en el campo cultural y educativo, y descreen no sólo de la cultura dominante, sino también de la educación, por entenderla como reproductora de esa misma cultura. Son los que intentan abrirse del sistema y fundar desde fuera, y desde abajo, realizando procesos fuera de la adaptación al mismo. Dentro de este tipo de postura educativa está aquel que "se pasa de mambo" dicho en criollo, y considera que toda cultura del pueblo es la verdad. Hace "balsismo" educativo, entendiendo que todo lo que viene de abajo y desde adentro siempre es verdadero, sin infiltraciones, sin ver que siempre hay un Michael Jackson en una radio de cualquier parte del país. No hace una filtración crítica, y por ende, entiende al pueblo como igual a verdad, como único portador de verdad. Como consecuencia de esta concepción el docente se convierte en un "tomador" de las expresiones culturales. La tercera actitud es la de los que comienzan a "darse cuenta" que hay una sola aldea global dominante y por eso hegemónica. Pero que sin embargo, está montada por sobre un sustrato ancestral básico que preexistía a la aldea. Sustrato que es este modo de ser indoamericano, y que proviene de una propuesta no sólo diferente, sino inversa a la de la aldea global. Tan antagónicas las dos lógicas, que a pesar del montaje educativo de siglos, aún hoy manifiestan ambas, indicios de incompatibilidad. La vida en sociedad da muestras diarias de fractura entre la lógica.



CARACTERÍSTICAS DE LA CULTURA DE UNA ESCUELA EFECTIVA.

¿QUÉ ES UNA ESCUELA EFECTIVA?

La escuela efectiva es aquella “que promueve de forma duradera el desarrollo integral de todos y cada uno de sus alumnos más allá de lo que sería previsible teniendo en cuenta su rendimiento inicial y su situación social, cultural y económica” (Murillo, 2003, p. 54). Según el mismo autor, las escuelas efectivas se definen por tres principios claves:

• Equidad: Para ser eficaz se debe favorecer el desarrollo de todos y cada uno de sus alumnos, lo que significa que eficacia y equidad son mutuamente necesarias.

• Valor agregado: La escuela es eficaz si los resultados que obtiene con sus estudiantes son mayores que los de escuelas con características similares o, en otras palabras, si sus estudiantes progresan más que lo esperable dada las características socioeconómicas y culturales de su familia.

• Desarrollo integral del alumno: La escuela eficaz, además de buenos resultados en lenguaje y matemáticas, se preocupa de su formación en valores, bienestar y satisfacción, desarrolla toda la personalidad de los alumnos. Congruente con la definición y principios señalados, una escuela eficaz logra tres propósitos:

• Educar a los niños en diversas destrezas y conocimientos académicos y cognoscitivos, los que se amplían con la edad, pasando de lo básico a lo más complejo;

• Educar a los niños en el desarrollo de habilidades personales y sociales para funcionar en la sociedad, el mundo del trabajo y la política;

• Contribuir a la igualdad de oportunidades apoyando a los alumnos de entornos socio familiares más desfavorables para que puedan doblarle la mano a las condiciones adversas.

Es necesario resaltar que a pesar de la importancia de algunos factores relacionados con la comunidad educativa para que las escuelas sean efectivas, sigue siendo relevante, el rol que juega la interacción profesor – alumno en el aula.


OTRAS CARACTERÍSTICAS IMPORTANTES QUE HACEN A LA ESCUELA EFECTIVA.

Este texto se centra en cinco puntos fundamentales que tienen las instituciones educativas para que logran una eficacia en la labor escolar: primero se analizará la colaboración hogar- escuela; segundo, la atención a la diversidad del alumnado; después, liderazgo profesional y el compromiso docente; y por último, la evaluación de las instituciones en todo el quehacer educativo, para terminar con una breve conclusión de los puntos tratados anteriormente.


I. Colaboración hogar-escuela.

Para lograr que la educación que se imparte en las escuelas llegue a ser eficaz, es importante que se cumpla con varios factores importantes que hagan de ésta además de un lugar de aprendizajes para los integrantes de la comunidad donde está situada, un medio para el cambio. Uno de los factores más sobresalientes que ayuda a conseguirlo es la participación de los padres de familia en la educación de sus hijos. La educación no puede ni debe concebirse como obligación meramente de la escuela, y con esto no se le quita responsabilidad alguna a las instituciones, es un trabajo de colaboración triangular entre maestros, alumnos y padres de familia, de manera que cada uno aporte lo que le corresponde y se logren mejores resultados educativos en los alumnos y, por consiguiente, en el desarrollo de una nación. Así lo afirman Mortimore, Sammons y Hillman (1999), ¨por lo general, la relación de apoyo y cooperación entre el hogar y la escuela tiene efectos positivos¨.

Si bien es cierto que los tiempos actuales demandan que ambos padres tengan que salir a trabajar y cumplir con un amplio horario laboral, esto no los exime de la responsabilidad de la educación de sus hijos. Cada vez es menos común encontrar familias donde la solvencia económica sea buena y donde la mamá se quede en casa para atender los quehaceres del hogar y estar al pendiente de los hijos y de la educación de éstos. Muchos padres se han desentendido en gran medida de su obligación en este sentido y no asisten ya no digamos a participar en actividades escolares, sino a preguntar por el rendimiento de sus hijos. Debe pues existir una colaboración real y funcional, hogar- escuela, y para que esto se dé las instituciones educativas deben buscar implementar estrategias que le permitan un acercamiento con los padres de familia y logren establecer un vínculo de trabajo positivo y valioso que rinda los mejores frutos.


ll. Atención a la diversidad del alumnado.

También se considera importante resaltar como una de las características esenciales de las escuelas que logran una eficacia son las que atienden a la diversidad de su alumnado; es decir, que ponen especial atención en los alumnos que presentan problemas académicos o que manifiestan dificultades para lograr un óptimo desarrollo educativo, y que hacen lo posible para afrontar y trabajar en esta problemática estableciendo y aplicando estrategias diseñadas acordes a las características de sus alumnos. Así lo manifiesta Loera (2006): En general se puede establecer que en las escuelas con alto índice de eficacia social se otorga especial importancia a la identificación de alumnos con problemas académicos. El propósito de la focalización en la atención consiste en establecer formas de apoyo específicas.

Obviamente estas actividades didácticas deben estar planificadas de acuerdo a los fines propios y esenciales de la educación, como pueden ser actividades que permitan el desarrollo del pensamiento matemático, de las competencias lectoras y de escritura, asociándolas también a un mayor tiempo de atención de los alumnos por parte de los docentes y de los padres de familia.


III. Liderazgo profesional.

Al hablar de efectividad no es posible dejar de lado el quehacer del directivo y docente. El primero lleva la consigna de ser líder capaz, no sólo de llevar las riendas administrativas del plantel, no basta con llenar formatos, revisar planeaciones, gestionar para realizar mejoras a la escuela, sino más importante, y sin dejar de lado lo anterior, de involucrarse en los procesos de aprendizaje, realizar visitas a los salones, hacer observaciones y realizar sugerencias a las y los docentes en sus planes de trabajo; es decir, colaborar con los procesos de enseñanza-aprendizaje de los alumnos. Loera (2006) menciona que las actividades que deben destacar de los directivos son: aquellas que se relacionan de manera directa con aspectos de tipo académico.  

Aunado a lo anterior, el directivo necesita, junto con su cuerpo docente, de una constante búsqueda del mejoramiento escolar y promoción de la efectividad, esto lo conseguirá en la medida en que logre involucrarse y conozca lo que sucede en el aula y sea capaz de solucionar conflictos entre su personal, de manera que entre todos hagan un consenso para tomar la mejor de las decisiones y no se afecte el rendimiento ni la dinámica de la escuela. Por otro lado, los buenos directivos alientan a su personal docente para la búsqueda de su actualización, gestiona e informan de cursos o todo tipo de apoyos para la mejora de las prácticas pedagógicas.

Las escuelas eficaces tienen entre sus filas directivos y docentes que buscan la manera de que imperen las buenas relaciones entre ellos, una cooperación mutua, así como el establecimiento de un fin común de manera que eleven las aspiraciones de la institución y se obtengan mejores resultados.


IV. Compromiso del docente.

Una característica importante que tiene los docentes de las escuelas con más y mejores logros académicos, es que se comprometen con su deber, se ocupan en el dominio de los contenidos académicos, realizan planes de clase acordes a los intereses y características propias de su grupo, sin dejar de lado la diversidad de sus alumnos. Además, implementan estrategias que permiten el desarrollo de competencias que contribuyen al logro del perfil de egreso del estudiante, de manera que a éstos les permita una buena inserción y desenvolvimiento en la sociedad, aprovechando los recursos que están a su alcance para brindar a sus alumnos un espacio agradable y favorecedor de ambientes de aprendizaje reales.

Así mismo, tienen expectativas claras y elevadas, brindan un espacio donde se presenta el desafío intelectual de los alumnos en todo momento. Al respecto Mortimore (1999)  menciona que: ¨las expectativas de los maestros puestas tanto en alumnos individuales como en grupos completos tenían gran influencia sobre el contenido de las lecciones¨. El docente debe tener claro que la enseñanza y el aprendizaje son los fines propios de la educación, y como tales tienen que ser un elemento favorecedor de estos conceptos.


V. Evaluación del trabajo.

Finalmente, una característica esencial, y no menos importante, de las escuelas que logran una efectividad escolar, son las que dentro de su dinámica y cultura evalúan su desempeño. Es decir realizan una revisión de los logros obtenidos en relación con los objetivos que se plantearon en un inicio alcanzar. Visto desde esta perspectiva, la evaluación puede servir para varios aspectos educativos, según Ravela (2007): ¨Como base para la adopción de políticas educativas mejor fundamentadas; para la mejora de la gestión de los sistemas educativos; como instrumento para la colaboración y el aprendizaje continuo al interior de los mismos¨

La evaluación del quehacer educativo brinda información útil que sirve para la toma de decisiones que sirven para promover la mejora continua de todo trabajo y afianzar las estrategias que de antemano dan buenos resultados. Además de todo esto dichas escuelas dan a conocer de manera abierta a las autoridades educativas correspondientes y a la comunidad en general los resultados de esta operación.

Brindar educación de calidad no es fácil, se necesita de un compromiso real por todos los actores. Es importante seguir en el camino de lucha constante, para que en esta sociedad actual se dé en todos sus integrantes este proceso educativo, entendiendo que la educación es un derecho de todos. El derecho a una educación de calidad, se constituye con elementos básicos para su buen funcionamiento: que sea relevante, esto antepone que propiciemos en nuestros alumnos el desarrollo de aprendizajes que le sean útiles y los aplique en los tiempos actuales; que además sea equitativa, dando oportunidad a todos y apoyando a los que más lo necesitan; que sea eficaz, logrando cumplir todos los objetivos que se plantean en materia de educación; y eficiente, logrando dichos objetivos con los recursos mínimos.

Es un gran trabajo el que el sistema educativo tiene por hacer, ya que así lo demanda nuestra época. Un sistema  educativo de calidad no es sólo aquel que tiene una buena cobertura, se tiene que trabajar más en esto para que nuestro desarrollo vaya más allá de del entorno inmediato, y se supriman las desigualdades existentes.

Es así como la educación recobra sentido, siendo el medio para combatir muchas de las necesidades que el ser humano tiene; por mencionar un ejemplo, combatir estos tiempo de inseguridad que padecemos hoy en día, la educación es un medio que deberá ayudar a que las personas tengan más oportunidades de salir adelante, de aceptar los diferentes puntos de vista de los demás, de expresarse pacíficamente, de entender el mundo que nos rodea y de cuidar lo mucho que nos brinda y que se está acabando con los excesos.


SENTIDO DE PERTENENCIA A LA PROFESIÓN DOCENTE.  

La profesión docente se enfrenta a una crisis de confianza y de identidad profesional. Ambos sentimientos están estrechamente relacionados. La confianza permite a los profesores tener seguridad en las acciones que desarrollan y enfrentarse con más fuerza a los riesgos que conlleva la profesión docente. La confianza reduce la ansiedad, permite un juicio más equilibrado y facilita la innovación. Sin embargo, existe una pérdida de confianza en la sociedad postmoderna que provoca desconfianza en las relaciones interpersonales y en las propias instituciones (Troman, 2000). 

Una desconfianza que se extiende también a  la escuela y a los actores que participan en ella: administraciones educativas, profesores, padres y alumnos. La sospecha de falta de profesionalidad de los docentes está presente en muchas de las relaciones que éstos deben de establecer y socava la necesaria confianza mutua. Las críticas permanentes sobre el bajo nivel educativo de los estudiantes, sobre los problemas de convivencia en los centros y sobre las malas condiciones de la enseñanza despiertan la alerta en los ciudadanos y en las familias y extienden la sensación de desconfianza ante el trabajo de los profesores.

La confianza, además, es la garantía para enfrentarse con acierto a las nuevas condiciones de la enseñanza y contribuye a la autoestima profesional.

Confianza y autoestima están íntimamente relacionadas y ambas constituyen el núcleo básico de la identidad profesional (Zembylas, 2005)

Ambos sentimientos suponen haber interiorizado determinados objetivos, saber defenderlos y llevarlos a la práctica, manejarse con tranquilidad en las tareas educativas con alumnos, compañeros y padres, sentirse capaz de enfrentarse a nuevos retos y situaciones problemáticas así como reconocer los propios errores, y aceptar sin angustia las dificultades que puedan vivirse en los procesos de cambio. La confianza implica seguridad, dominio, tranquilidad y satisfacción en la relación con los otros porque no se viven amenazadoras. También expresa la autoestima profesional y contribuye a ella.

Gran parte de la identidad profesional depende de la valoración social percibida. El sentimiento de pérdida de la estima y del reconocimiento social socava las bases de la identidad profesional y reduce los vínculos entre los miembros de la profesión y su sentido de pertenencia a la misma.

La docencia es una actividad ocupacional que tiene todas las características por las que se define una profesión: a) presta un servicio específico a la sociedad; b) es una actividad social encomendada y llevada a cabo por un conjunto de personas que se dedican a ella de forma estable y obtienen de ella su medio de vida; c) los docentes acceden a la profesión tras un largo proceso de capacitación, requisito indispensable para estar acreditados y poder ejercerla; y d) forman un colectivo organizado (colegios profesionales y sindicatos) que tiene o pretende tener el control monopolístico sobre el ejercicio de la profesión.

La profesión de la docencia es una práctica relacional, que se caracteriza por ser una actividad en la que el profesorado tiene la responsabilidad de facilitar el desarrollo de su alumnado en todas las dimensiones de su personalidad. Para esto, es fundamental el compromiso de establecer y mantener relaciones de confianza y cuidado. Los productos más valiosos del proceso de enseñanza–aprendizaje son, sobre todo, relacionales como: el entusiasmo intelectual, la satisfacción compartida ante un descubrimiento o ante un material nuevo, la experiencia de seguridad en una clase con un clima de entendimiento y cortesía (Noddings, 2003a).

Desde la perspectiva de la ética del cuidado, el buen ejercicio profesional docente incluye la creación de relaciones de confianza mutua, que permiten al profesorado conocer a su alumnado y plantear las intervenciones educativas en función de los intereses y las necesidades del mismo. El profesional de la docencia es invitado a diseñar su intervención con base en preguntas del siguiente tipo: ¿Cómo mi asignatura puede servir a las necesidades de cada uno de mis estudiantes?, ¿cómo puedo ayudarles en la promoción de su inteligencia y sus afectos?, ¿cómo puedo lograr contacto con la mayor parte del alumnado?, ¿cómo puedo ayudar a que cuiden de sí mismos, de otros seres humanos, de los animales, del entorno natural, del entorno hecho por el ser humano y del maravilloso mundo de las ideas? (Noddings, 1992).

El profesorado, que realiza prácticas docentes buenas, también es un ciudadano ético, puesto que contribuye a generar capital social en la comunidad civil a la que pertenece. Las buenas prácticas docentes generan la confianza de los ciudadanos en el profesional y en sus colegas de profesión, satisfacen las expectativas sociales sobre el significado de la profesión y la fiabilidad de la misma para resolver los problemas personales y sociales. Cuando una sociedad tiene capital social abundante se facilitan las relaciones de sus miembros, se dinamizan las energías propias de esa sociedad y se produce desarrollo humano.

Las prácticas docentes que generan capital social son aquellas que encarnan los valores de la ética civil, es decir, prácticas que potencian la autonomía del profesional y de los usuarios, las relaciones horizontales entre los miembros de la sociedad y el respeto entre los actores de la comunidad educativa (Cortina, 2001).

Los valores de la ética civil como la dignidad de la persona, la justicia, la libertad, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia o el respeto activo, la participación en los asuntos públicos, la paz y la responsabilidad, son los valores básicos que toda persona debe poseer para que no se manifieste en ella una deficiencia de humanidad. Son los valores que tienen que estar presentes en las relaciones humanas para que pueda decirse que hay un clima ético en las mismas. Son los valores que están en la base de los derechos humanos (Escámez, 2004): el valor de la dignidad humana es el gran tronco que sustenta todos los derechos humanos; el valor de la libertad se desglosa y concreta en los derechos humanos civiles y políticos (primera generación de derechos humanos); el valor de la igualdad se concreta y desglosa en los derechos humanos sociales y económicos (segunda generación); el valor de la solidaridad se concreta y desglosa en los derechos humanos a un medio ambiente sano, a la paz y al desarrollo de las capacidades personales y de los pueblos (tercera generación de derechos humanos).